Toreo y épica de Emilio de Justo en Mont de Marsan

El cacereño, herido, corta la única oreja a la corrida de Victorino

Día duro para Emilio de Justo en Mont de Marsan. Muy temprano, conocía la triste noticia de la muerte de su padre y, en un gesto de torería y entereza, haciendo lo que él hubiese querido, se echaba para adelante y asumía el compromiso que por la tarde le esperaba en la plaza. Una corrida de Victorino Martín y una enorme expectación, con una entrada de más de tres cuartos que superaba lo que años atrás se había conseguido en un festejo fuera de feria en este coso. El binomio Emilio de Justo - Victorino también es un triunfo en taquilla.

De Justo recibió al primero de su lote con entonadas verónicas y poco a poco fue haciendo al toro hasta rubricar tandas con la diestra de toreo largo, por bajo y muy puro. El tendido ya estaba metido de lleno en la faena cuando sobrevino una dura voltereta y una cornada en el muslo izquierdo. Fue llevado el torero a la enfermería, de donde volvió para acabar lo iniciado, para cumplir con el homenaje que se había propuesto dar a su padre haciendo el paseíllo en este duro trance de la pérdida. Una tanda por el pitón derecho sobrecogió al personal, que tras un pinchazo y una estocada pidió con fuerza la oreja, que fue concedida.

Camino del hospital de Mont de Marsan, donde fue operado, Emilio de Justo llevaba el doble dolor del luto y de la sangre derramada, pero la satisfacción y el orgullo de sentirse torero y de haber dado una nueva lección de entrega y pureza.

Parte médico: Cornada en el tercio trasero del muslo izquierdo de 2 trayectorias. Una de 13 cm. que atraviesa el muslo de par en par en sentido horizontal y una de 8 cm. hacia arriba que diseca y contusiona el nervio ciático. Pronóstico grave.

Fotos: Philippe Gil Mir